La diabetes mellitus de tipo 2, también
conocida como diabetes mellitus no dependiente de la insulina (NIDDM) es
causada por una sensibilidad reducida a la insulina o la inhabilidad del cuerpo
para producir esa substancia. Es más
común entre los adultos de edad más avanzada y la diabetes mellitus de tipo 2
es también la forma más común. Se desarrolla de forma progresiva y los
pacientes habitualmente necesitan inyecciones.
La aparición de la diabetes mellitus de tipo 2
es influenciada tanto por la genética como por factores externos y los casos de
esa enfermedad siguen aumentando día tras día, sobre todo en los países más
desarrollados. Cuando uno sufre de diabetes mellitus de tipo 2, también
aumentan los riesgos para otras enfermedades tales como las enfermedades
cardiovasculares.
Cuando los carbohidratos son separados en
glucosa, esa substancia tiene que ser absorbida por las células que la
necesitan, pero no puede pasar a través de las membranas celulares por sí
misma. La insulina actúa sobre las proteínas (receptores) de las membranas
celulares para que esas dejen pasar la glucosa en su interior.
En la diabetes mellitus de tipo 2, la glucosa
no puede ser absorbida por las células debido a la inhabilidad del páncreas en
producir insulina o por culpa de algún defecto en los receptores de las
membranas celulares. Si la insulina no puede activar esos receptores entonces
la glucosa no puede ser transportada dentro de la misma, y queda en el torrente
sanguíneo. Eso provoca resistencia a la insulina.
La resistencia a la insulina significa que esa
substancia está presente en el cuerpo pero que no puede ser usada. Un enfermo
con esa condición necesita niveles de insulina mucho más alto para empezar a
notar algún cambio.
El papel de la leptina en la diabetes mellitus
de tipo 2 no es muy claro, pero los que sufren esa enfermedad suelen tener
niveles muy altos de esa substancia en el cuerpo. Se sabe que la insulina
aumenta los niveles de producción de la leptina.
El ejercicio de resistencia reduce los efectos
de la insulina y el riesgo de desarrollar diabetes mellitus de
tipo 2. Cuando una persona empieza a ejercitarse, el cuerpo aumenta y mantiene
el nivel de glucosa en la sangre para proveer de energía a los músculos.
También se libera adrenalina durante el
ejercicio. Eso aumenta el ritmo cardíaco para proveer al cuerpo con mas
oxigeno. La adrenalina también anula la secreción de insulina, lo que hace que
mas insulina se quede en la sangre, lista para ser usada. Si un enfermo de
diabetes mellitus de tipo 2 tiene altos niveles de insulina mientras se está
ejercitando, entonces la adrenalina no puede reducir los niveles de insulina de
forma suficiente. Los niveles de glucosa pueden llegar a bajar demasiado y
causar hipoglucemia.
El ejercicio puede ser problemático para los
enfermos con diabetes, aunque está probado que entrenarse de forma moderada por
lo menos una vez a la semana aumenta la sensibilidad a la insulina.
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